La historia de Nayely: Abrir puertas a los jóvenes de Honduras

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Este blog ha sido escrito por Lyssien Nayely Hernández Gutiérrez, participante en el proyecto de Lutheran World Relief Creación de Espacios para la Empleabilidad de los Jóvenes (CREE). 

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Como muchos jóvenes de Jesús de Otoro Intibucá, Honduras, no tenía un plan concreto sobre mis próximos pasos después de graduarme en secundaria. La verdad es que en mi comunidad son pocos los estudiantes que terminan la enseñanza secundaria, y el porcentaje de los que terminan la superior es aún menor. La mayoría se queda en casa o se dedica a la agricultura o forma parte del grupo"nini", jóvenes que ni trabajan ni estudian. Están mal pagados, pero no es por falta de interés en salir adelante. Es porque la mayoría de sus padres no tienen recursos económicos para pagarles un programa técnico o una universidad. 

Estaba planeando lo que podría hacer para mantenerme después del instituto. Por razones económicas, me había resignado a que no podría continuar mis estudios. Mi abuela es la cabeza de familia y se ocupa sola de mí. Me había dicho que no podía permitirse que siguiera estudiando. Teniendo esto en cuenta, y con la fecha de mi graduación cada día más cerca, seguía sin saber qué hacer. Sin embargo, unos quince días después de mi graduación, uno de mis profesores me habló del proyecto Creating Spaces for Youth Employability (CREE). 

Había oído hablar de un proyecto que funcionaba en el occidente de Honduras dirigido a jóvenes graduados de escuelas secundarias técnicas de institutos miembros de la Red Institutos Comunitarios (Red-ITC), una asociación de 28 centros educativos que promueve el espíritu empresarial, la sostenibilidad, la equidad y la diversidad. Fue emocionante ser nominado para esta oportunidad. 

Asistí a una reunión en el Instituto Federico C. Canales. Durante la reunión, el personal del proyecto CREE nos presentó el propósito del proyecto, y decidí aceptar el reto. A continuación participé en la formación durante una semana. Conocí a otros jóvenes con situaciones vitales similares a la mía. 

Ese día marcó un antes y un después en mi vida. Cuando terminé el bachillerato, mi situación económica no era la mejor. Estaba desempleado como la mayoría de los jóvenes en Honduras. Según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), en 2022 habrá más de 980.000 jóvenes (de 12 a 30 años) desempleados, una estadística que ha ido en aumento en los últimos años. 

El proyecto CREE me abrió las puertas del desarrollo profesional. Me ofreció formación y apoyo en habilidades para la vida, habilidades laborales y salud mental. Primero completé el proceso de formación. Luego, me vincularon a prácticas con la esperanza de conseguir un trabajo en una de las mayores empresas de la zona, Ferretería El Baratillo. Conseguí unas prácticas en la cafetería Roster, que pertenece a esa misma empresa. Me seleccionaron por mis aptitudes. 

Durante los dos meses que duró mi pasantía, el proyecto CREE me proporcionó un estipendio por un total de 14.000 lempiras (567 dólares). Esto me permitió cubrir mis gastos y, al final de las prácticas, me contrataron en Roster. Ahora soy el gerente de la cafetería con un salario de 15.000 lempiras (608 dólares), lo que me ha permitido contribuir a los gastos de mi familia y mejorar la situación económica de mi hogar. 

Quiero expresar mi más profunda gratitud a Lutheran World Relief y a Red-ITC por todo el apoyo prestado, desde la formación hasta el acompañamiento para conseguirme un trabajo. Espero que haya muchos otros proyectos como este que sigan cambiando la vida de jóvenes como yo.