Resurgir de los escombros: El viaje de supervivencia y resistencia de Çağla Sağlam Resurgir de los escombros: El viaje de supervivencia y resistencia de Çağla Sağlam

La fatídica noche del 6 de febrero de 2023, todo cambió para Çağla Sağlam. En un instante, la alegría de la familia fue sustituida por la devastación de uno de los peores terremotos de Turquía. Sin embargo, contra todo pronóstico, Çağla y su hija, Azra, sobrevivieron.

Resurgir de los escombros: El viaje de supervivencia y resistencia de Çağla Sağlam

  • Crystal Stafford
  • 3 de febrero de 2025

La noche del 6 de febrero de 2023, la vida de Çağla Sağlam cambió para siempre. En un abrir y cerrar de ojos, uno de los terremotos más destructivos que jamás haya sufrido Turquía le arrebató una noche de alegría y unión, como sólo puede ofrecer la familia. La supervivencia de Çağla y la reconstrucción de su vida y su hogar ejemplifican el poder de la resistencia humana ante una tragedia inimaginable. 

Hoy, Çağla vive en el contenedor nº 253 de la ciudad de contenedores de Kırıkhan con sus cuatro hijos. Esta es la historia de su supervivencia, de su fortaleza y de cómo la ayuda humanitaria crítica, como la proporcionada por Corus International, la está ayudando a crear unos nuevos cimientos para el futuro. 

Calor, amor y unión

La vida antes del terremoto

Antes de la noche que lo cambió todo, la vida de Çağla era normal: una vida llena de amor y de ajetreadas rutinas familiares. Çağla y su marido, İhsan Sağlam, trabajaban duro para dar a sus hijos Muhammet (8), Erva (5), Yavuz (3) y Azra (22 meses) la estabilidad que todo niño merece. İhsan trabajaba en una fábrica de detergentes, mientras que Çağla cuidaba con cariño de su joven familia. 

Horas antes de la catástrofe, Çağla, İhsan, sus hijos y su familia se reunieron en casa de su madre. Fue una velada animada, llena de risas, canciones e historias compartidas. Comieron juntos, se pusieron al día de las noticias familiares y disfrutaron de los momentos que de verdad importan. No sabían que sería la última vez que estarían unidos por la alegría. 

Su vida -y la de sus hijos- nunca volvería a ser la misma. 

No recuerdo cuándo empezó", recuerda Çağla de aquella fatídica noche. "Solo recuerdo que me desperté rodeado de escombros y silencio.

- Çağla Sağlam, superviviente del terremoto

Un momento de pura devastación

Cuando se produjo el terremoto, la casa familiar se desmoronó como papel bajo la intensa fuerza de la naturaleza. Çağla y sus cuatro hijos sobrevivieron, pero su amado esposo, su madre, su hermana (embarazada de cuatro meses) y su cuñado murieron. La traumática pérdida de sus seres queridos fue una pesada carga que Çağla tuvo que soportar mientras luchaba por seguir adelante por el bien de sus hijos.

Dormimos una noche juntos, y por la mañana, todos se habían ido. Mis seres queridos, mi vida, todo se había ido.

- Çağla Sağlam, superviviente del terremoto

fotos del fallecido

Çağla guarda en la nevera fotos muy queridas de su marido İhsan, un recuerdo conmovedor del amor que perdió en el terremoto.

Sobrevivir a dificultades inimaginables

El dolor insoportable de perder a su marido, a su madre y a su hermana fue sólo el principio. Durante los tres días siguientes al terremoto, Çağla y sus hijos se hacinaron en un camión contenedor que compartían con otras 20 personas. Carecían de alimentos, agua potable, pañales y leche maternizada para el más pequeño, que entonces sólo tenía 11 meses. 

La supervivencia de la familia durante los meses siguientes en Kirikhan fue agotadora. Durante meses, Çağla y sus cuatro hijos, junto con sus dos hermanas adolescentes, vivieron en tiendas improvisadas sin agua corriente, sin baños y sin protección contra los elementos. "Era insoportable", dice. "No podíamos bañarnos. No podíamos comer. Había suciedad y moscas por todas partes". 

Se acercaba el invierno y Çağla se dio cuenta de que su familia no podría soportar lo que le esperaba. Pero llegó la esperanza, gracias al apoyo de Corus International. 

Un nuevo capítulo en una casa contenedor

Corus International, en colaboración con Media Luna Azul Internacional (IBC), ha puesto en marcha una iniciativa fundamental bajo el lema "Respuesta de emergencia para las víctimas del terremoto de Turquía". Esta asociación se centró en prestar asistencia vital a las poblaciones desplazadas de la región de Hatay, gravemente afectada, en particular Kırıkhan.

Corus apoyó a IBC en la construcción de 35 casas contenedor, que ofrecieron un refugio seguro y digno a 210 personas. Estos contenedores de alta calidad se convirtieron en una solución duradera, diseñada para mantener a las familias potencialmente hasta una década. Estas casas, a diferencia de muchas otras de la región, se diseñaron con características avanzadas como electricidad, aislamiento, calefacción, fontanería y cocinas funcionales, garantizando a las familias una apariencia de normalidad incluso en medio del desastre. 

Además, Corus apoyó la ayuda alimentaria de emergencia en las primeras semanas, con 500 kits de comida que alimentaron a 3.000 personas, mientras que 500 kits de artículos no alimentarios (NFI) proporcionaron suministros esenciales de higiene y productos para el cuidado de bebés para satisfacer las necesidades inmediatas de los supervivientes.

casas contenedor

Corus y la organización asociada IBC construyeron 35 contenedores prefabricados para alojar a 210 personas.

Corus International e IBC ayudaron a Çağla a poner fin a su lucha por encontrar un lugar seguro para sus hijos. Se mudaron al contenedor 253 de la ciudad de contenedores de Kırıkhan y ahora tienen una casa equipada con camas, muebles y aire acondicionado para combatir el calor del verano. 

La mudanza fue un punto de inflexión para Çağla, una pequeña sensación de estabilidad tras meses de agitación. "Estábamos agradecidos por tener un techo, aunque no fuera una casa de verdad", dice Çağla. "Por primera vez en meses, no tenía que preocuparme de que algo cayera sobre mis hijos". 

Para Çağla, recibir el contenedor en casa no era sólo cuestión de seguridad, sino de recuperar la dignidad y la estabilidad. Ahora sus hijos podían comer con regularidad y jugar al aire libre sin miedo. Ya no tenía que luchar contra el calor o el frío extremos. Por primera vez en meses, la vida volvía a ser habitable. 

Los retos continúan

Aunque el hogar contenedor mejoró radicalmente sus condiciones de vida, el camino de Çağla hacia la recuperación sigue siendo empinado. Sin opciones de guardería y con unos ingresos limitados, lucha por cubrir las necesidades de su familia. 

El seguro de vida de su marido sólo le da 5.500 liras turcas (unos 180 dólares) al mes, menos de la mitad de lo que ganaba İhsan. Esta pequeña suma apenas cubre lo esencial, como el transporte y la comida, y la carne rara vez llega a su mesa. Sin embargo, la determinación de Çağla para garantizar el futuro de sus hijos es inquebrantable. 

Haré que se eduquen", dice con voz resuelta. "Haré más de lo que pueda. Me esforzaré para que puedan tener la vida estable que se me negó a mí.

- Çağla Sağlam, superviviente del terremoto

Çağla se sienta en el suelo de la cocina con tres de sus cuatro hijos, donde la familia se reúne para compartir las comidas, ya que no hay espacio para una mesa de comedor.

Çağla se sienta en el suelo de la cocina con tres de sus cuatro hijos, donde la familia se reúne para compartir sus comidas.

 

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