Con un desempleo y un subempleo juveniles en El Salvador significativamente superiores a la media nacional, la creación de empleo no avanza lo suficientemente rápido como para absorber la creciente mano de obra joven. Los jóvenes son incubadoras de habilidades técnicas, nuevas ideas y sueños sin límites. Sin acceso a un trabajo digno y productivo, los jóvenes salvadoreños no pueden ganarse la vida, contribuir al desarrollo de sus comunidades y, con demasiada frecuencia, se ven obligados a emigrar.
Fomentamos la iniciativa empresarial y el autoempleo de los jóvenes en El Salvador, ya que es clave para el crecimiento económico y para abordar las causas profundas de la migración. Utilizando el marco de Desarrollo Positivo de la Juventud de USAID, estamos creando un entorno propicio para los jóvenes emprendedores, garantizando el acceso al capital inicial y fomentando los vínculos con el mercado. Con formación, asistencia técnica y recursos financieros y materiales, los líderes juveniles están desarrollando habilidades interpersonales, elaborando modelos de negocio sostenibles y actuando como agentes de cambio en sus comunidades.
Uno de estos jóvenes emprendedores es Dante, un artista de 22 años. Tras ser excluido del empleo formal por ser transexual, ha encontrado el éxito dirigiendo su propia pequeña empresa de producción y venta de coloridas caricaturas.

Dante exhibe con orgullo su bandera arco iris mientras muestra su arte.
Hace poco hablé con Dante sobre la formación que recibió a través de nuestro proyecto de apoyo a la iniciativa empresarial juvenil con la Universidad de Oriente (UNIVO) en El Salvador. "Aprendí mucho sobre la gestión de una empresa y sobre liderazgo", dice.
Gracias a la participación de Dante en el proyecto, ahora forma parte de una comunidad de iguales segura y solidaria y ha lanzado su carrera como propietario de una pequeña empresa. "Hace unos años toqué fondo y estaba muy deprimido, pero mi arte me salvó. Y formar parte de este programa me dio la confianza para perseverar. El personal fue muy amable y respetuoso conmigo", comenta Dante.
Espera con impaciencia lo que está por venir. "Tengo muchos sueños y esperanzas para mi futuro, para ampliar mi negocio. Quiero hacer camisetas y otros productos con mi arte".
La intersección de identidades marginadas, como la orientación sexual o la identidad de género, puede requerir consideraciones que deben tenerse en cuenta para garantizar que las personas no queden excluidas y puedan beneficiarse plenamente de su participación en un proyecto de desarrollo. Por ejemplo, los jóvenes LGBTQI+ que se han enfrentado a la estigmatización en sus familias o en la escuela pueden ser reacios a participar en un proyecto que implique a otros miembros de la comunidad. Los empleadores no suelen contratar a jóvenes LGBTQI+ por su orientación sexual o identidad de género, lo que hace que el autoempleo sea una perspectiva de subsistencia mucho más atractiva y segura.
En Corus, imaginamos un futuro en el que todos, en todas partes, puedan vivir una vida plena y digna. Sabemos que es fundamental diseñar programas inclusivos que sean accesibles a personas de todos los géneros, razas, capacidades, orientaciones sexuales y religiones. Hacerlo no sólo es bueno para el desarrollo económico, sino que es lo que se merecen todas las personas de este mundo.
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Carolyn Barker-Villena es Directora Regional para América Latina y el Caribe.