María González sabe que cultivar café en las montañas del norte de Nicaragua -como ha hecho desde que era niña- es cada año más difícil.
El aumento de las temperaturas está estropeando las cosechas cuando las bayas maduran demasiado rápido y una enfermedad de la hoja del café acabó con cerca de la mitad de la cosecha de la región entre 2012 y 2014, matando la mayoría de las plantas de la Sra. González.
Justo cuando sus nuevas plantas empezaban a florecer, los vientos huracanados y las lluvias torrenciales de los huracanes Eta e Iota del pasado noviembre arrancaron los arbustos y tiraron las bayas inmaduras al suelo.