• Nuestro impacto

Los datos son claros: el mejor lugar para que una niña pase su tiempo es la escuela.

Por cada año adicional que una niña puede permanecer en la escuela, sus probabilidades de quedarse embarazada disminuyen en un 6%, y su potencial de ingresos como adulta se dispara en un 20%. 

Por término medio, las chicas con estudios: 

  • tienen menos probabilidades de sufrir abusos o discriminación 
  • casarse más tarde 
  • tienen menos probabilidades de morir en el parto 
  • criar niños más sanos y mejor educados 
  • ganar más y contribuir más a la economía. 

Pero en todo el mundo hay aproximadamente 122 millones de niñas que no van a la escuela. 

Hay muchos obstáculos a la educación de las niñas, como las actitudes culturales hacia ellas, el matrimonio infantil y el embarazo, las discapacidades, la distancia a la escuela y la violencia. 

La pobreza es, con mucho, el mayor obstáculo para la educación. Los padres pobres soportan una doble carga económica: por un lado, el coste de las tasas escolares, los uniformes y el material; por otro, la pérdida de ingresos cuando su hija va a la escuela en lugar de trabajar.

¿Por qué en efectivo?

Nuestras investigaciones demuestran sistemáticamente que la ayuda en metálico puede aumentar significativamente la escolarización. 

Damos una ayuda mensual en metálico a las familias para compensar los gastos relacionados con la escuela, incluida la pérdida de ingresos cuando una niña va a la escuela en vez de trabajar. 

El dinero está condicionado, lo que significa que para que la familia lo reciba, el niño debe asistir regularmente a clase. 

Los datos demuestran sistemáticamente que, cuando las familias reciben dinero en efectivo, la escuela y la educación figuran entre sus principales prioridades de gasto.