La invasión rusa de Ucrania ha perturbado las cadenas alimentarias mundiales y está contribuyendo a una crisis agravada por la subida de los precios de los alimentos y el aumento de la pobreza en gran parte de Oriente Medio y partes de África.
Tanto Kiev como Moscú son los principales exportadores de productos agrícolas a esas regiones, y las profundas repercusiones de la guerra preocupan a gobiernos y organizaciones internacionales. El Foro Económico Mundial ha advertido de que las crisis alimentaria, energética y financiera agravadas por la guerra podrían avivar los disturbios en los países más pobres y empujar a otros al impago.